Historia nº 7

No se puede ser tan espléndida II

Llegué nueva a trabajar a mediados de febrero 2009 y él estaba de vacaciones en su tierra natal. Me sentaron en su puesto la primera semana. Tenía de salvapantallas una foto suya con su madre, así que lo conocí por fotos antes que en persona.hasta que llegó.  No me llamó la atención los primeros meses (o yo traté de evitar que así fuese). Pero caí, me encantó. Rubio, gordito, quizás algo bajito para mi gusto, pero con esa mirada asesina. De la costa pero con ínfulas porteñas. Ambos teníamos pareja. Fue en el primer viaje de trabajo a Barcelona donde ya no pude negarme a mi misma que saltaban las chispas. Me sentí protegida a su lado, al punto que en ese viaje casi le cogí la mano para decirle algún comentario al oído (cabe destacar que en el viaje venía nuestra jefa… horror!). Fue uno de esos comportamientos automáticos que tengo con gente demasiado cercana. Corría abril de 2009.Luego vino el verano, los picnics en el parque, las idas a la piscina, las idas a jugar paddel, jornada de verano y luego de la pisci venía tarde en la consola. Como vivía cerca de un familiar, muchas veces le pedía que me dejara en casa de mi familia, que era camino a su casa.En moto. Nunca pasó nada…de lo que imagináis. Nada más allá de un medio beso/pico. Al final de ese verano  cada quien terminó con sus respectivas parejas. Pero no para juntarnos nosotros. Tuvimos altercados de trabajo y nos distanciamos. Al tiempo volvieron los viajes de trabajo y el último año nos juntaron en el mismo despacho. El planificaba su renuncia desde hacía mucho tiempo, casi desde antes de que yo entrase a esa empresa. Finalmente lo hizo. Pero el estar tan cercanos al final nos hizo…demasiado. Hasta que puso fecha de renuncia y partida, a finales de 2011. Le dije que lo vería de nuevo, en marzo de éste año. Creo que él se lo tomaba a broma, hasta que un día lo llamé y se lo solté. Me compré un pasaje. He ido a su tierra, que está a 12 hrs en avión, pero a sólo 5 hrs de diferencia. No se puede ser tan espléndida. No creo que nadie haya hecho un viaje trasatlántico por él. El tiene que volver para el último trimestre de 2012. No se cómo sobreviviré sin verlo los 6 meses que faltan, si a sólo 3 meses de su partida casi enloquezco y he ido a por él. Más vale arriesgar y morir de maldeamor, que morir de maldeamor sin haber arriesgado.

Sí, duermo, y mucho últimamente… Lo hago para reencontrarme en sueños con vos.

 

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